En un esfuerzo de más de 20 organizaciones dedicadas a la conservación, hoy se celebra el Día Mundial de la Rana de Agua para sensibilizar a la población sobre la necesidad e importancia de las ranas del género Telmatobius, acuáticas y semiacuáticas y únicas en el mundo, cuya gran mayoría está en peligro de extinción.
Esta gran campaña, que incluye la difusión de un video sobre la rana Romeo y la divulgación de los datos más curiosos sobre esta extraña especie, está impulsada por el Museo de Historia Natural de Alcide d’Orbigny y su principal socio de Global Wildlife Conservation.
La bióloga Teresa Camacho Badani, jefe del Departamento de Herpetología del museo, nos comparte ocho datos sobre las ranas de acuáticas y sobre los desafíos de supervivencia a los que se enfrenta día a día esta especie que se encuentra en Bolivia.
1. Las ranas acuáticas no viajan lejos.
Las 63 especies de ranas acuáticas provienen de las tierras altas de los Andes en Sudamérica, aunque se pueden encontrar a largo del borde occidental de Sudamérica desde Ecuador hasta el norte de Chile y Argentina, cada especie tiende a quedarse en un rango de distribución pequeño. Por ejemplo, la rana acuática de Inquisivi, en peligro crítico de extinción, sólo se encuentra en dos arroyos bolivianos. Para los conservacionistas que trabajan en programas de cría en cautiverio, conseguir que la temperatura y la calidad del agua de cada especie sea la adecuada puede ser uno de los mayores retos que pueden enfrentar.
2. Las ranas acuáticas aman el agua fría.
Olvida un baño de burbujas caliente. Para la mayoría de las ranas acuáticas, un arroyo helado de montaña es un baño relajante. A la rana acuática del Titicaca le encanta descansar en aguas de 8-17,5 grados centígrados. Después de que Teresa Camacho Badani, jefa del departamento de herpetología del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, redescubriera a la Rana Acuática de Sehuencas en un remoto arroyo en un bosque nublado de Bolivia, dijo: “Una de las cosas más difíciles de nuestra expedición fue que nuestras manos estuvieron entumecidas por el agua fría de estos arroyos”.
3. Las ranas acuáticas son más grandes de lo que crees.
La rana del lago Junín, en peligro de extinción, es una de las ranas exclusivamente acuáticas más grandes del mundo. Su cuerpo mide hasta 18 centímetros y puede pesar hasta 560 gramos (1,2 libras). Incluso sus renacuajos son tan grandes como algunas ranas adultas. La rana del lago Titicaca es el otro candidato. A finales de los años 60, cuando la especie era abundante, Jacques Cousteau reportó haber visto algunas de hasta 60 centímetros de largo (2 pies de largo).
4. Las ranas acuáticas son románticas.
Romeo, la rana más solitaria del mundo, hallada en 2009 por Rodrigo Aguayo y Oliver Quinteros, biólogos del Centro de Biodiversidad de la UMSS, acaparó titulares de la prensa nacional e internacional cuando Teresa Camacho Badani y su equipo finalmente le encontraron una pareja –su Julieta–. De 2009 a 2019, se temía que fuera el único de su especie. Desde que Julieta se mudó a su acuario, Romeo ha estado compartiendo sus lombrices y haciendo un baile de apareamiento. Aún no se sabe nada de ningún renacuajo.
5. Las ranas acuáticas son misteriosas.
El género Telmatobius es uno de los grupos de anfibios más amenazados de los Andes y la información sobre estas especies de ranas es escasa. Tres especies de ranas acuáticas pueden estar extintas en Ecuador, incluida la rana acuática de Vellard, que se ha perdido para la ciencia desde 1968. No sólo está disminuyendo el número de ranas acuáticas, sino que muchas de las que quedan son difíciles de encontrar. Viven enterradas bajo las rocas, en arroyos helados, en altas elevaciones en remotos bosques nubosos. Los investigadores de la conservación en toda América del Sur están colaborando para compartir sus observaciones y conocimiento a todo el mundo.
6. Las ranas de agua están siendo desalojadas de sus hogares.
La expansión agrícola y otros desarrollos humanos están talando los bosques nublados e invadiendo los hábitats de las ranas acuáticas. Estas actividades también contribuyen al cambio climático, otro factor que amenaza los hogares de las ranas acuáticas. En 2019, Andrés Charrier, herpetólogo de la Asociación Herpetológica Chilena, descubrió que el hábitat de la rana acuática del Loa se había secado completamente. Un pequeño equipo de expertos fue capaz de evacuar rápidamente 14 de las que son consideradas las últimas ranitas acuáticas del Loa del mundo.
7. Las ranas de agua son sensibles a la contaminación y a las enfermedades.
La piel permeable de las ranas acuáticas absorbe cualquier contaminante en lagos, ríos y arroyos. Las ranas acuáticas también son altamente susceptibles a la quítridomicosis, una enfermedad infecciosa causada por el hongo quítrido y que ha diezmado las poblaciones de anfibios en todo el mundo. Alrededor de 10.000 ranas gigantes del lago Titicaca fueron encontradas muertas en lado boliviano del lago Titicaca en 2015 como resultado de la contaminación, lo que impulsó al Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny a iniciar un programa de cría para la conservación en su Centro K’ayra.
8. Las ranas acuáticas NO son parte de tu batido.
El consumo humano es una de las mayores amenazas que enfrentan las ranas acuáticas. La gente en toda Sudamérica las usa como alimento y medicina y en algunas partes de Perú, la gente mezcla la rana del Titicaca en un jugo, creyendo que es una bebida afrodisíaca y que curará enfermedades que van desde el asma hasta la osteoporosis. Más de 4.000 ranas fueron confiscadas de los autobuses públicos que viajan desde el sur de Perú a Lima a finales de 2019, y miles más han sido incautadas desde entonces en los mercados.
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